6.4.12


Me conformaba con creerme pianista
hasta que te toqué por vez primera.

–siempre supe que se me daba bien
interpretar el romanticismo–.

Así que déjame componer(nos)
en tonos mayores,
y acabar en cadencia perfecta.

Permíteme ensayar nuestra obra
sobre el piano de tus costillas.

Quiero
               hacer música
                                           contigo.


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