Me conformaba con creerme pianista
hasta que te toqué por vez primera.
–siempre supe que se me daba bien
interpretar el romanticismo–.
Así que déjame componer(nos)
en tonos mayores,
y acabar en cadencia perfecta.
Permíteme ensayar nuestra obra
sobre el piano de tus costillas.
Quiero
hacer música
contigo.
hacer música
contigo.
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