5.3.13


Había un abismo de inseguridades
entre sus ojos y mis ojos.

Y un kilómetro de vacío
entre nuestras pieles anhelantes.

Se nos antojó insalvable la distancia,
se nos despeñó el coraje
en las profundidades del alma.

Previmos una caída inevitable,
sin advertir el peso de las alas
que lucíamos a la espalda.



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